domingo, 27 de marzo de 2011

Cosas que nunca te dije

Cuando seas mayor lo entenderás. Todos odiamos esa frase alguna vez de pequeños, a mi me inundaba de inferioridad. Pero ahora, después de todo este tiempo, ahora entiendo porque dejamos tantas cosas sin decir, palabras en el aire. Nunca hay que tener prisas en crecer, una vez que pierdas la inocencia no es fácil de encontrarla. No quieras perder el lado rosa de la vida, no quieras aprender, aún no. No podía quitarte la inocencia que veía en esos ojos, por eso nunca te dije que el amor duele, para que te atrevieras a amar. Al igual que no te enseñé a olvidar porque hay cosas que no merecen ser olvidadas, olvidé decirte que nunca lleves el corazón encima por si te lo quitan, que controlaras los celos, que a la gente no les caen bien.
Recuerdo como te cabreabas, llegabas a llorar y pegarme, replicándome que ya eras mayor, negaba la cabeza con una humilde sonrisa en la cara y te decía que las lágrimas eran de bebés.
Algún día me darás las gracias por todo lo que no dije, te darás cuenta de que en verdad no querrías saberlo, que no querrías estropear la ilusión de la primera vez ya que nunca hay otra, lo desconocido se vuelve común. Siempre te decía que dejaras las preocupaciones para mañana y te dedicaras a soñar. Tú me decías que soñar era de bebés.
Pues nunca te dije lo mucho que la gente decepciona para que les dieras una oportunidad a los que no. Añorarás los días en los que Santa Claus aún era quien ponía los regalos, pues no hay prisa en saber la verdad cuando no es mágica. Tienes toda una vida para saberlo, ya te darás cuenta cuando en los libros escaseen los dibujos. Algún día conducir ya no será cosa de mayores si no que tus amigos también lo harán, tras eso vendrán las responsabilidades. Debería alegrarte saber que no sabes.

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