lunes, 21 de marzo de 2011

Mariposas en vena.

Cuando te despertaste esta mañana, despeinada y cabreada con la luz del día; se me olvidó cogerte en brazos, robarte algunos minutos más entre sábanas a cambio de algún que otro beso.
Quizás era culpable el domingo mañanero, pero tu ausencia me inyectó mariposas en vena. Y aquí, ahora, en tardes como esta, quisiera espantar las sombras de tu sonrisa e invitarte a algún que otro café, a alguna que otra locura. Aunque sólo sea porque hoy quiero chillarle al mundo que me enamoré de unos besos, unos labios, unas sonrisas. Que me apetece navegar por las nubes, quizás, pintar el cielo de rosa.
Me encapriché de tus labios de fresa, los rayos de sol que bailaban en tus pestañas. Pues desafino entre notas y sueño despierta con tu volver. Cuando dejaríamos nuestras iniciales entre las estrellas, para volver a vivir la magia cada noche, cada mañana.
Comparte mi sobredosis de azúcar, de aire, de amor. Provoca sonrisas, deprisa, alguna que otra risa.
Leo un libro en blanco, mientras, el vacío de mi cama desgarrando mi pensamiento. Así que ven, vuelve, cógeme de la mano y acostúmbrame a hacerte falta. Suéltame, que yo te sigo, pero por favor, por nada del mundo te vayas más.

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