martes, 5 de abril de 2011

Miedo

Siempre guardé una foto, estaba rota y desgastada de las cuatro veces que lo doblaba siempre antes de guardarlo. Ella sonreía, reflejando toda una vida en el brillo de su mirada. Me gustaba que oliera a menta, y que nunca tuviera las uñas demasiado largas, ni demasiado cortas.
Perder algo no se puede comparar con perder a alguien, pero cuando aquella mañana desperté sin poder encontrar su rostro estaba histérica. Intentaba tranquilizarme y pensar en su voz, ella me cantaba nanas al oído cuando no tenía sueño. Su olor me envolvía, me miraba. No encontraba su mirada, necesitaba la foto. Rebusqué todos los bolsillos de todas mis prendas, puse mi cuarto patas arriba en su busca.
Empecé a frustrarme, los ojos se me llenaban de lágrimas al no recordar su sonrisa. ¿Sus ojos eran verdes? Se creaba un vacío dentro de mi, llenándome hasta creer explotar.
Días después encontré en un bolsillo un papel doblado, lo abrí y resultó ser una foto, alguna desconocida, era guapa tengo que admitir. Lo doblé cuatro veces y lo tiré a la basura.

1 comentario:

  1. Espeluznante e increíble.
    Y el título no puede ajustarse mejor al contenido <3 mi favorito.

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