jueves, 9 de agosto de 2012

Desvanecen los límites

La verdad es que no sabía que existían abrazos que te dejaban sin aliento, sin ganas, sin sonrisa. Y no mires atrás me repetía; sabes que no vas a poder. Dar un solo paso parecía aterrador. Pero cuando llegas al punto donde se pierden las fronteras entre tus caderas y mis labios, pierdo el miedo a perderme, a vaciarme tanto que me falte el aire con tal de hacerte un hueco. Puede parecer, aunque solo sea por hoy, que todo lo demás es lo de menos. Sabes de sobras que todos buscan destinatario para sus cartas de amor, un sobre donde meter sus miedos, y una dirección donde enviar sus sueños. Nos perderemos entre lo incomprensible para sembrar el caos vaya donde vaya, y le gritaré al mundo que tú eres tú y yo soy yo, que tú eres mía y yo soy tuya, que pierdo las formas y todas las reglas que tenía establecidas antes de que me besaras. Todas mis pequeñas manías empiezan y acaban por ti.

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