domingo, 19 de junio de 2011

Perdidos

A veces leo mis propias palabras y las siento ajenas. Palabras que relataban circunstancias, describían recuerdos. Quizás es que ya no recuerdo esos recuerdos, que nunca podré volver a vivir cada segundo. Pero sigo desmantelando sueños, desmoronando ilusiones, derribando personas que antes me hacían sonreír. Quizás lo haga por miedo, quizás por la adrenalina, pero nunca me faltarán las ganas de volar. Que hasta que no lo intentes, hasta que no intentes vivir, olvidar, sonreír. Hasta que no lo intentes no puedes fracasar.

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